15-09-2015
La agricultura urbana está en auge. Solares abandonados, azoteas, balcones, techos, ... todo vale para hacer más sostenibles las ciudades. Las producciones pueden ser rentables económicamente y ambientalmente en la ciudad de Barcelona.
Los tejados y las azoteas de los edificios urbanos no se han utilizado históricamente para mucho. Simplemente había que cubrir con un aislante térmico e hidrófugo y servir para colocar diversos servicios como antenas, pararrayos o equipos de aire acondicionado. Pero un nuevo uso cobra peso.
La agricultura urbana está cada vez más extendida
en las grandes ciudades del mundo.
Se aprovechan solares abandonados por la
crisis, techos de naves
industriales, balcones, terrazas, etc. Incluso ha llegado al techo de los autobuses urbanos.
Las finalidades pueden ser diversas. Desde un punto de vista puramente de confort ciudadano
los tejados verdes disminuyen los consumos en aire acondicionado en verano en un 25%
y reducen
las pérdidas de calor en invierno en un
50%, con un
ahorro económico nada despreciable
y una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero considerable, además de servir de aislante acústico. Este último efecto se ve especialmente potenciado con la proliferación de jardines verticales.
Otras funciones son aumentar la biodiversidad, conseguir
espacios más agradables para los
ciudadanos, afrontar
problemáticas sociales, disminuir el efecto isla de calor que se da en las grandes
urbes, reducir
la contaminación atmosférica, regular el flujo de agua a los sistemas de
drenaje de la ciudad, etc.
La producción de alimentos Km 0 es otra de las
posibilidades, tanto a nivel
doméstico como comercial. En algunas ciudades se instalan granjas sobre naves industriales que distribuyen sus productos comerciales directamente a pequeños distribuidores.
Hay al menos 13
granjas sobre tejado en Chicago y pronto inaugurarán la más grande del mundo. Otras ciudades también disponen
como New
York, Toronto, París Londres, Amsterdam, ..., en Alemania
entre el 15 y el 20% de los tejados planos eran ecológicas ya el 2010. Para afrontar los desafíos de la producción de alimentos de manera respetuosa con el medio ambiente,
la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) ha hecho un llamamiento a las ciudades para desarrollar «muros vivos» de plantas comestibles. Gracias el cultivo vertical, la agricultura puede ser pronto parte del entorno urbano, y reducir el consumo de energía, las emisiones de carbono y el consumo de recursos en la producción de alimentos. Al disminuir las distancias que deben recorrer los productos desde las zonas de producción hasta la mesa y al no ser necesario el uso de maquinaria pesada, el cultivo vertical puede reducir las emisiones de CO2. En este tipo de cultivo
se pueden utilizar técnicas de producción hidropónicas y aeropòniques, aunque no hay consenso sobre si sería factible la producción en invierno por falta de luz sin apoyo con iluminación artificial.
Una tesis doctoral realizada
por la investigadora
Esther Sanyé-Mengual en la ciudad de Barcelona
concluye que sería rentable económicamente y cuantitativamente la producción agrícola sobre naves: con el 8% de las cubiertas de la Zona Franca se podría abastecer de tomate al 10% de Barcelona . Los requerimientos impuestos por el estudio eran un
mínimo de 500 metros cuadrados de superficie, insolación suficiente, resistencia estructural y pendiente adecuada para la instalación de invernaderos. La mitad de las edificaciones comerciales podrían utilizarse ya, pero son las industriales las que presentan mayores potencialidades consecuencia de sus tamaños.
El sobrecoste por el hecho
de producirse sobre techo estaría sobradamente
compensado por el ahorro en transporte, envases ...
En este trabajo se establece que los cultivos de fruto, como el tomate, tienen un impacto ambiental más bajo y mejores resultados económicos que los cultivos de hoja, dado su mayor productividad, mayor aprovechamiento del espacio y menor consumo de recursos .
Algunos ejemplos en el Mapa Barcelona + Sostenible
Huerto urbano del hotel Omm Biblioteca Zona Norte Muro verde en el Jardín de Tarradellas Eixverd Noticias relacionadas
Con el 8% de las cubiertas de la Zona Franca se podría abastecer de tomate al 10% de Barcelona Revista Sostenible.cat. Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA-UAB). 12-09-2015