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Elevados en lo alto del Cerro del Putxet este parque es uno de los miradores más privilegiados de Barcelona. Tiene una vegetación abundante y variadísima en especies, algunas muy poco frecuentes.

historia
El Putxet es una pequeña montaña de 178 msnm entre Vallcarca y Sant Gervasi. A pesar de una capilla del XVII, los primeros vestigios de población conocidos son hacia el 1870, cuando la burguesía barcelonesa empezó a construir torres para trasladarse debido a las condiciones urbanas de la Barcelona vieja. Los terrenos formaban parte de la antigua finca Torre España, de la familia Morató. En 1917 se incluyó en la planificación de zonas verdes, que reservaba los cerros como espacios naturales. Con el tiempo, sin embargo, se fue urbanizando. Cuando en 1970 el Ayuntamiento expropió los terrenos de los jardines actuales, el antiguo bosque mediterráneo se había convertido, desde el primer tercio del siglo XX, en una cantera. A ello contribuyó el uso como combustible que se hizo durante la Guerra Civil de la madera del pinar.

biodiversidad
Tanto por la variedad de plantas como por su situación, se podría decir que el Cerro del Putxet es un bosque ordenadamente ajardinado. Las características del terreno hacen que la vegetación, muy rica en especies arbóreas y arbustivas, esté todo situada en grandes parterres ataludados que van bajando por la colina, enmarcando los caminos que cruzan este espacio verde. Hay una buena proporción, entre coníferas y frondosas, y los parterres más soleados hay masas arbustivas muy espesas, así como especies vivaces y de temporada.
La vegetación de los jardines va cambiando con la altura, ya que cuanto más arriba, más pobre es el suelo de plantación. Esto no significa, sin embargo, que la vegetación pierda calidad, en absoluto. Un buen ejemplo son las excepcionales y altísimas coníferas que encontramos principalmente en la mitad superior de los jardines, que permiten disimular las paredes verticales de la antigua cantera. En esta parte también destacan los pinos blancos, los pinos piñoneros, los cedros del Himalaya, las encinas y los olivos. A medida que vamos tirando abajo encontramos mimosas, melias y acacias. También encontramos falsos pimenteros y algún árbol del paraíso.
En las plazoletas hay, sobre todo, tipuanes, sóforas, almeces, algunos plátanos y palmeras, bastante abajo, hacia la entrada del jardín, donde destacan varios ejemplares de palmito, yuca y cupresáceas. En cuanto a la rareza, destacan sobre todo los arbustos, con especies tan poco frecuentes como el ajocagripaus, la Lobel, el senecio, la duranta, la salvia microfil·la, de aroma mentolado, y el englantina, un arbusto tapizante fuerza abundante en este jardín y que en invierno se llena de flores amarillas.

Paisajismo y diseño
A pesar de la inclinación del terreno, es un buen lugar para pasear, y son bastante frecuentados por el vecindario para atravesarlo, ya sea hacia arriba o hacia abajo, evitando el tráfico.
Estos jardines son mucho más accesibles de lo que en principio puede parecer, ya que los caminos sin obstáculos abundan más que los tramos de escaleras. Salvo el acceso a la parte más alta de la colina, los jardines se pueden cruzar de una punta a la otra sin pisar ni un escalón.
En marzo de 2011 aumentó la superficie de los jardines con la incorporación en el parque de una nueva área ajardinada de 1,2 hectáreas. Así pues, los jardines han crecido hasta alcanzar las 5,2 hectáreas de espacio verde, que han añadido nuevas vistas sobre la ciudad y el mar a las magníficas panorámicas que ya ofrecían sobre la ciudad.
La ampliación ha ordenado esta parte del parque en diferentes niveles o terrazas. Estas terrazas están interconectadas por rampas bordeadas de las áreas ajardinadas. La reorganización del espacio ha permitido abrir una nueva área de juegos infantiles, un espacio de picnic con mesas y una nueva área de perros.

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