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El plan Cerdà original por el Eixample, muy influenciado por las tesis higienistas, contemplaba una reducción de la densidad de población en la ciudad, así como un equilibrio entre espacios privados y públicos que debía materializar en la construcción de islas de casas en las que sólo se edificaría en dos lados, con lo cual el espacio interior quedaría libre para proyectar un pequeño jardín donde los vecinos pudieran socializar. Finalmente, el rápido crecimiento de población y los intereses inmobiliarios desvirtuaron el plan original y la mayoría de islas fueron edificadas en su totalidad. Sin embargo, desde el año 1987 el Ayuntamiento de Barcelona lleva a cabo un proyecto para la recuperación como uso público de los interiores de manzana con el objetivo de proporcionar a los ciudadanos zonas verdes y de ocio que se contemplaban en la singular trama urbana ideada por Cerdà. Hoy día, encontrará jardines o espacios públicos en el interior de islas por todo el Eixample barcelonés, donde podrá ver la parte posterior de casas, a menudo compuesta de galerías, así como disfrutar de un espacio de tranquilidad en medio de la ciudad. Uno de los 48 espacios recuperados (100.000 m2 desde 1987), permite imaginar la configuración original del Eixample. Tamariscos y robles; equipamiento cultural, de ocio, deporte y reposo muy completo.