05-08-2015
El pantano de Vallvidrera es un ecosistema de gran valor ecológico, pero también sufre la presencia de tortugas exóticas que han empezado a ser capturadas.
Primero fue la tortuga de mejillas rojas o de Florida
(Trachemys scripta elegans) y después de la prohibición de su comercio, le siguieron otras especies y subespecies de tortugas acuáticas. El caso es
que las especies
exóticas (de otras zonas del mundo)
llegan en gran cantidad y algunas lo hacen para
quedarse en
forma de invasoras. Se dice que una especie exótica
es invasora cuando provoca una afectación grave sobre alguna especie propia del lugar, sus ecosistemas o los intereses humanos. Las tortugas de agua se venden en gran número para regalarlas como mascotas. Estos animales viven bastantes años y se hacen mayores. Por esta razón, a menudo son abandonados en los estanques de parques urbanos, pero también a los de espacios naturales como el pantano de Vallvidrera. Hace poco se ha descubierto en Galicia un parásito mortal para las especies autóctonas de tortugas acuáticas y que proviene de las tortugas americanas. Si este parásito llega a instalarse en nuestras aguas podría suponer la extinción de nuestras dos especies de tortugas de agua dulce, el galápago leproso
(Mauremys leprosa) y el galápago
europeo (Emys orbicularis).
El Consorcio del Parque Natural de la Sierra de Collserola ha encargado al CRARC (Centro de Recuperación de Anfibios y Reptiles de Cataluña)
la erradicación de las tortugas americanas presentes
en el pantano de Vallvidrera y la liberación de una veintena de ejemplares
de galápago leproso. Está previsto que los trabajos de erradicación duren dos o tres meses. La captura se hace con trampas con cebo que atraen las tortugas y de las que luego no pueden salir.
El pantano de Valvidrera es una masa de agua
muy importante para los anfibios, a pesar de que ha sufrido reiteradas
invasiones de especies exóticas que han reducido de forma importante su presencia. Peces de diferentes especies, tortugas e incluso plantas de acuario
han provocado la desaparación como especies reproductoras en el pantano de anfibios emblemáticos y cada vez más amenançats.
Es el caso del
sapo común (Bufo spinosus) o
el sapo de espuelas (Pelobates cultripes). Sobre esta última especie se lleva a cabo desde hace 4 años un proyecto de reintroducción por SCH (Sociedad Catalana de Herpetología) a otros sectores del mismo Parque de Collserola. A pesar de todas estas problemáticas, aunque
son importantes las poblaciones de reinetas (Hyla meridionalis), mono
verde (Pelophylax perezi), sapillo moteado (pelodytes punctatus) y sapo partero
(Alytes obstetricans). En las cercanías del pantano también se reproducen otras especies como
salamandra (Salamandra salamandra), sapo corredor (Epidalea calamita) e incluso se introdujeron dos especies de tritones autóctonos, pero que no vivían en Collserola, como son el
tritón verde (Triturus marmoratus) y
el tritón
palmeado (Lissotriton helveticus). A todas estas especies de anfibios necesitan
que el
pantano de Vallvidrera se comporte como
un estanque
de aguas temporeras, es decir, que cada año, al final del verano, seque. Este secado es propio de los pequeños estanques mediterráneos. Es por eso que están considerados
hábitat prioritario por la Unión Europea. El secado hace difícil la consolidación de especies depredadoras
de peces invasores, como la gambusia
(Gambusia holbrooki), la carpa
(Cyprinus carpio), el carpín dorado
(Carasius auratus) , el pez sol
(Lepomis gibbosus) y otros. De ahí que los expertos aconsejen vaciar el pantano por estas fechas.
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