30-10-2015
Una especie invasora se propaga entre las palmeras ornamentales. Se trata del rojo de las palmeras, un escarabajo de origen asiático.
El rojo de las palmeras (Rhynchophorus ferrugineus) es
una especie invasora y una
plaga para las palmeras ornamentales de muchas ciudades costeras de nuestro país. Es
originaria del Sudeste asiático y Polinesia. Llegó a España proveniente de importaciones de palmeras desde Egipto en 1995 y
en Cataluña a finales de 2005. También el Palmeral de Elche se vio afectado. Por esta razón se prohibió durante un tiempo la importación de palmeras de los países en los que se conocía la presencia de la plaga, pero la libre circulación de mercancías dentro de la Unión Europea y la importación de países en los que se desconocía su presencia produjo otros focos lo que provocó la derogación de esta prohibición. Incluso ha llegado a América Central y del Norte.
Se trata de un
escarabajo de gran tamaño
(de 2 a 5 cm), de la familia de los curculiónidos conocidos popularmente como morrones, carcoma o Gorgojos. Esta familia
se caracteriza por tener una prolongación de la cabeza en
forma de pico
y unas antenas que se abren como una palma en la punta. El rojo de las palmeras pone hasta 300-400 huevos en las hojas o heridas.
Las larvas excavan galerías por los tejidos tiernos. La larva no tiene patas, es de color blanquecino y presenta la cabeza endurecido y de color marrón oscuro brillante con fuertes mandíbulas. En los últimos estadios alcanza hasta 5 cm. Hace capullos para metamorfosearse con pulpa de la propia palmera.
Los adultos son buenos voladores y pueden desplazarse así hasta otras palmeras.
En Cataluña las especies más afectadas son
Phoenix canariensis y Phoenix
dactylifera, y en menor medida
Washingtonia. Los síntomas de la infestación se hacen patentes cuando la palmera ya está bastante afectada y no hay mucho que hacer. Comienza con un
secado de las hojas centrales y en pocas semanas la palmera ya está muerta. Por esta razón
se recomienda la destrucción de los ejemplares infestados como sistema para controlar la transmisión. Se
puede detectar
la presencia con aparatos de escucha especializados. Se han probado fuerza insecticidas con rendimientos desiguales y se han abierto líneas de investigación de guerra biológica contra la plaga a base de hongos y microorganismos. Al sur de la Península parece que se ha implantado de forma definitiva.
Los tratamientos preventivos se hacen
por inyección de insecticidas periódicamente y en puntos dispersos por toda la palmera. También se ha probado el trampeo con feromonas (sustancias olorosas que los atraen). A pesar de todos los esfuerzos han muerto muchísimas palmeras. La principal causa del mantenimiento de la plaga son los costes de eliminación de los ejemplares afectados que retrasan las actuaciones y provocan la propagación.
Informaciones COMPLEMENTOS:
La plaga del picudo rojo de las palmeras. Web del Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación
Guerra en el picudo rojo. Revista Ecoticas