Reintroducción de sapo de espuelas en el Parque de Collserola

13-08-2015

Hace unos días se liberaron varios centenares de juveniles y renacuajos de sapo de espuelas en el Parque de Collserola en el marco del proyecto de recuperación de la especie que se hace desde hace 5 años.

Esta es la quinta vez que se liberan ejemplares de sapo de espuelas en el Parque de Collserola. Todo empezó con un proyecto formulado al Consorcio del Parque Natural de la Sierra de Collserola por parte de la Sociedad Catalana de Herpetología (SCH) para recuperar esta especie extinguida en la sierra, que tuvo muy buena acogida. Las razones de la extinción eran que el único lugar donde se reproducía en Collserola, el pantano de Vallvidrera, verdadera joya para los amantes de los anfibios, sufrió innumerables invasiones biológicas consecutivas por especies exóticas que literalmente se tragaron sus larvas y puestas.

Antes de iniciar el proyecto había mucho trabajo por hacer. Primero se hizo un estudio genético para saber qué poblaciones podían ser donantes. Con especies con tan poca movilidad como los anfibios pueden aparecer poblaciones aisladas que, con el tiempo, se diferencien de otras cercanas a nivel de sus características hereditarias. En la medida de lo posible conviene no destruir esta riqueza genética. En el caso que nos ocupa se comprobó que toda la población catalana de la especie se podía considerar homogénea.

Las poblaciones donantes debían ser poblaciones con muchos individuos para no afectarlas negativamente en sacar ejemplares. Se decidió coger renacuajos en lugar de adultos porque es el que tiene menos incidencia sobre la población donante. Además, las capturas se hacen sobre balsas que corren el riesgo de secarse antes de que las larvas tengan tiempo de completar su ciclo, salvándose las, pues, de una muerte segura. Esto obliga a mantener las larvas en cautividad hasta un estado cercano a la metamorfosis o justo recién hecha.

Después se estudió el hábitat receptor. Se quería encontrar un lugar adecuado para los sapos y desde el que pudieran recolonizar otros lugares. Por eso se escogió una zona cercana a la Rierada, uno de los pocos corrientes de agua permanente del Parque que pudiera servir de corredor biológico. La balsa donde se hace la reintroducción reúne unas condiciones excepcionales. Crían ranitas de puntos (pelodytes punctatus), sapo partero (Alytes obstetricans), sapo común (Bufo spinosus) desde hace 3 años, colonización muy reciente que prueba la idoneidad del lugar, reineta (Hyla meridionalis), mono verde (Pelophylax perezi) y al corriente que nutre la balsa también se reproduce la salamandra (Salamandra salamandra). Por la zona también se ven sapos corredores (Bufo calamita). Finalmente, una muestra representativa de los ejemplares de sapo de espuelas capturados cada año para ser liberados son sometidos a controles veterinarios para garantizar su estado de salud y que descartar que no sean portadores de las enfermedades emergentes que tanto afectan a las poblaciones de anfibios. Con todos estos requisitos aún es pronto para saber si la población se ha establecido, pues apenas las primeras remesas de animales comienzan a llegar a la madurez sexual. Esperamos que tengamos suerte y recuperamos este simpático componente de la biodiversidad del Parque de Collserola.

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