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Un gran jardín vecinal
Los Jardines de la Villa Cecilia son calmados, aunque el flujo continuo de peatones que lo han incorporado a sus itinerarios habituales, o de las numerosas personas que en el Centro Cívico. Hay caminos sombríos bajo las copas de los pinos, los tilos y los falsos pimenteros. Una gran superficie asfaltada con un pequeño palmeral permite hacer todo tipo de actividades: desde fiestas del barrio hasta competiciones deportivas. Otro de los atractivos de este parque está dedicado a las personas mayores. En trata de un espacio lúdico que permite mantener en forma las articulaciones y favorecer la agilidad con barras de diferentes alturas, tornillos para manejar los dedos y rampas suaves, entre otros recursos, y que enriquece los paseos diarias.

Vegetación
Al ser unos jardines que tienen su origen en el siglo XIX, los de la Villa Cecilia son ricos en árboles y palmeras excepcionales, tanto por la edad como por las dimensiones. Los enormes pinos carrascos (Pinus halepenssis) y pinos piñoneros (Pinus pinea), los altísimos cipreses (Cupresus sempervirens) y las majestuosas palmeras de Canarias (Phoenix canariensis) son algunos ejemplos. Entre las especies arbóreas también destacan los plátanos (Platanus X hispanica), los tilos (Tilia X europaea), los cedros (Cedrus deodara), los falsos pimenteros (Schinus molle) -algunos de gran tamaño -, los olmos de Siberia ( Ulmus pumila) y los ailantos (Ailanthus altissima). Junto al Centro Cívico hay un ejemplar de Butia capitata, una palmera poco frecuente en Barcelona. En cuanto a los arbustos, destacan sobre todo los laureles (Laurus nobilis). Otro aspecto destacable de la vegetación son las vallas de ciprés recortes en forma de casetas. Una especie de pequeño pueblo vegetal que comienza en el acceso a los jardines por la calle Santa Amelia y que finaliza en la plaza donde está el Centro Cívico, que es desde donde se puede contemplar la mejor perspectiva de esta excelente trabajo de recorte.

Arte y arquitectura
Dentro del agua del canal que se inicia a la derecha de la entrada de los jardines por la calle Santa Amelia, yace, boca abajo, Ofelia ahogada, una escultura de bronce de Francisco López Hernández de 1964. En este mismo lugar, grandes hojas metálicas de Ginkgo biloba se van uniendo en una especie de arco que, trepando desde el canal, da la bienvenida al visitante. Es obra de los arquitectos responsables de la reforma de los jardines: Elías Torres y José Antonio Martínez Lapeña. Este arquitectos también diseñaron los bancos del parque -de madera sobre ruedas de piedra que evocan patines y unos altísimos farolas inspirados en los árboles. Dos elementos de diseño fueron merecedores de un premio FAD (Fomento de las Artes Decorativas) en 1986.
Historia
Los Jardines de la Villa Cecilia están situados en los terrenos de una antigua finca rural: Hay Noyu, que fue adquirida en 1909 por Eduardo Conde, fundador del almacenes El Siglo, primer comercio establecido de Barcelona con criterios de gran superficie . Conde puso a la villa el nombre de Cecilia en honor de su esposa. En 1969, los terrenos fueron expropiados por el Ayuntamiento para convertirlos en parque. Una parte de la actual espacio verde perteneció a los antiguos jardines de la Villa Amelia, situados justo al lado y que actualmente también son de uso público. El edificio que fue residencia de Eduardo Conde es hoy la sede del Centro Cívico Casal de Sarrià.
Situados junto a los de la Villa Amelia, con los que originariamente constituyó un único jardín, los Jardines de la Villa Cecilia son, además de un magnífico espacio verde con numerosos árboles centenarios, uno de los centros neurálgicos de las actividades del distrito.