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El nuevo edificio de vestuarios de la Guardia Urbana de Barcelona tiene dos objetivos de partida muy claros. Por un lado, completar y ampliar el programa de vestuarios de la Guardia Urbana y, por otro, dotar de un espacio independiente y calificado a la Unidad Canina, que comparte espacio con los actuales vestuarios. Por su situación, el nuevo edificio de vestuarios puede vertebrar este espacio para mejorar tanto los accesos como la relación con el resto de piezas funcionales. Buscando una buena inserción del nuevo volumen y una mejora de la calidad del conjunto, se plantea conservar la potente fachada del edificio existente y formalizar una nueva mirando hacia el edificio contiguo. De este modo, el acceso desde el aparcamiento se dilata para mejorar considerablemente el movimiento de los usuarios del edificio y de las escuelas que visitan la Unidad Canina. Con este gesto, el edificio de vestuarios mantiene su acceso mientras que la Unidad Canina dispone de uno nuevo a través de un patio de descanso para los agentes de policía y donde pueden agruparse las visitas puntualmente.